lunes, 29 de abril de 2013

Las flores del mal de Baudelaire, ilustradas por Rodin


"Las flores del mal"  un clásico de la literatura francesa, incorpora en esta única edición dos grandes talentos, Rodin influenciado y fascinado con la obra de Baudelaire, realizó las ilustraciones en tan sólo cuatro meses, entre finales de 1887 a principios de 1888.



CHARLES BAUDELAIRE (1821 -1867)

LAS FLORES DEL MAL

Edición original de 1857, ilustrada por Rodin en 1887-1888
Tinta
Alt. 18,7 cm ; Anch. 12 cm
D.7174
Paris, Poulet-Malassis y de Broise.


"Este ejemplar de la edición original de 1857 pertenece al editor y bibliófilo Paul Gallimard. Fue gracias a las intermediaciones del arquitecto y crítico de arte Frantz Jourdain que Rodin recibió el encargo para ilustrarlo. La encuadernación en marroquín marrón fue realizada por Henri Marius Michel. En la portada, una piel entallada y en mosaico, representa en medio relieve una calavera en tono marfil encima de una mata de cardo verde oscuro.

...Rodin, del que conocemos el apego por la poesía y por Baudelaire, trabaja en este proyecto, y sus dibujos con trazo o sombreados, sobre fondo tachado y con cinco aguadas sobre papel Japón, cargados de tinta o de guache, fueron insertados posteriormente. Diseñados para dicha ocasión, o anteriores, como aquellos inspirados por Dante, estos dibujos aparecen el frontispicio de los poemas o invaden a veces el texto."

fuente: página del museo Rodin http://www.musee-rodin.fr/fr

*Para ver la imagen completa (galería) haz click sobre la imagen.











lunes, 8 de abril de 2013

Dos y cacho años después...

Probablemente ya nadie lee éste blog, tal vez ya nadie lee blogs en absoluto... la idiotizante red social nos ha alejado de otras formas de intercambio virtual, que no sé si me atrevería a llamarlo convivencia, o tal vez sí.. nuestra "vida en común" nuestra virtual vida en común.

El último post de éste humilde blog es recordado vívidamente, por las compañías que rodearon su nacimiento y que ahora se aparecen más como fantasmas o fragmentos de alguna escena borrosa de tanto rasparla a propósito, y me lleva a hacer el inevitable recuento del tiempo transcurrido (no, no haré un recuento interminable y sentimentaloide) lo cuál sólo me ha dado más temas que compartir en éste humilde blog, que a lo mejor solamente leo yo.

Así que, para éste súbito y no planeado regreso, quiero compartirle a los fantasmas del mundo blogguero  un poema, acompañado del audio con la voz del autor, quien  brevemente explica el porqué del mismo.





Mario Benedetti

Desaparecidos


Están en algún sitio / concertados
desconcertados / sordos
buscándose / buscándonos
bloqueados por los signos y las dudas
contemplando las verjas de las plazas
los timbres de las puertas / las viejas azoteas
ordenando sus sueños sus olvidos
quizá convalecientes de su muerte privada

nadie les ha explicado con certeza
si ya se fueron o si no
si son pancartas o temblores
sobrevivientes o responsos

ven pasar árboles y pájaros
e ignoran a qué sombra pertenecen

cuando empezaron a desaparecer
hace tres cinco siete ceremonias
a desaparecer como sin sangre
como sin rostro y sin motivo
vieron por la ventana de su ausencia
lo que quedaba atrás / ese andamiaje
de abrazos cielo y humo

cuando empezaron a desaparecer
como el oasis en los espejismos
a desaparecer sin últimas palabras
tenían en sus manos los trocitos
de cosas que querían

están en algún sitio / nube o tumba
están en algún sitio / estoy seguro
allá en el sur del alma
es posible que hayan extraviado la brújula
y hoy vaguen preguntando preguntando
dónde carajo queda el buen amor
porque vienen del odio.


miércoles, 18 de agosto de 2010

Reflejos

La cabeza de un alfiler es la extensión más amplia que minuciosamente he estudiado, en ella se refleja diminuto el mundo entero y vasto...y qué pasa con los reflejos cuando no los vemos? Perecen en desolación o se llenan de vida con una mirada invisible??

Supongo que los hace la mirada, el recuerdo, la noción, el ver ochenta cuartos iguales al de uno (que no lo son) acomodados en un alfiletero, infinitos cuartos que caben en uno solo, en una almohada, en una cabeza que se observa a sí misma deshaciéndose con cualquier pretexto; se parte en mil pedacitos y viaja de aquí para allá, perece con cada sombra...busca su propio reflejo diminuto que le recuerda que de algún modo, nunca hemos entendido nada.

R.S

miércoles, 14 de abril de 2010

KONTROLL!!!!!

Mucha acción en un solo escenario, una mezcla de lo real y lo imaginario, un buen humor negro, y un soundtrack excelente hacen de esta película del gringo de ascendencia Húngara, Nimrod Antal, un thriller muuuy bueno.
 

La trama es sencilla, un equipo de cinco "controladores" o inspectores de boletos del metro en Budapest, y el mundo subterraneo en el que dia a dia viven, el personaje princupal, Bulcsú Zoltán (Sándor Csányi) es un guey con un pasado misterioso que huye del mundo real viviendo en los trenes y túneles del subterráneo, pero la rutina cambia cuando cuando algunos misteriosos "suicidios" alteran la rutina de los controladores.



TITULO ORIGINAL: Kontroll

AÑO: 2003
DURACIÓN: 1:46:09
PAÍS: Hungría
DIRECTOR: Nimród Antal
GUIÓN: Nimród Antal, Jim Adler
MÚSICA: Neo
FOTOGRAFÍA: Gyula Pados
REPARTO: Sándor Csányi, Zoltán Mucsi, Csaba Pindroch, Sándor Badár, Zsolt Nagy, Bence Mátyási
PRODUCTORA: Bonfire / Café Film
WEB OFICIAL: http://www.kontrollfilm.hu/
GÉNERO: Thriller



Y pues esta en partes en youtube, pero con subtitulos en inglés. Dejo la primera parte y de ahi pues ya salen las demás.


















































































































 

lunes, 12 de abril de 2010

HAKIM BEY

Nacido en 1945 en la ciudad de N.Y bajo el nombre de Peter Lamborn Wilson, Hakim Bey es un escritor, ensayista y poeta, anarquista ontológico, cuya obra más conocida es "Zona temporalmente autonoma" utopias piratas, terrorismo poetico, niños salvajes...ustedes dirán y darán su opinión...aca les dejo "CAOS: Los pasquines del anarquismo ontológico", y un link a un PDF que pueden descargar... 

Caos
CAOS NUNCA MURIO. Bloque primordial sin esculpir, único excelentísimo monstruo, inerte y espontáneo, más ultravioleta que ninguna ideología (como las sombras antes de Babilonia), la homogénea unidad original del ser todavía irradia serena como los negros pendones de los Asesinos, perpetua y azarosamente ebria.
Caos precede a todo principio de orden y entropía, no es ni Dios ni gusano, sus deseos insensatos abarcan y definen toda posible coreografía, todo éter y flogisto sin sentido sus máscaras son cristalizaciones de su propia falta de rostro, como las nubes.
Todo en la naturaleza es perfectamente real incluyendo la conciencia, no hay absolutamente nada de lo que preocuparse. No sólo se han roto las cadenas de la Ley, es que nunca existieron; los demonios nunca guardaron las estrellas, el Imperio jamás se fundó, a Eros nunca le creció la barba.
No, escucha, lo que ocurrió fue esto: te mintieron, te vendieron ideas sobre el bien y el mal, te hicieron desconfiar de tu cuerpo y te avergonzaron de tu profesión del caos, se inventaron palabras de asco por tu amor molecular, te mesmerizaron con su indiferencia, te aburrieron con la civilización y con todas sus roñosas emociones.
No hay devenir, ni revolución, ni lucha, ni sendero; tú ya eres el monarca de tu propia piel; tu inviolable libertad sólo espera completarse en el amor de otros monarcas: una política del sueño, urgente como el azul del cielo.
Despojarse de todos los derechos y dudas ilusorias de la historia exige la economía de una legendaria edad de piedra; chamanes y no curas, bardos y no señores, cazadores no policías, recolectores de pereza paleolítica, dulces como la sangre, van desnudos como un signo o pintados como pájaros, en equilibrio sobre la ola de la presencia explícita, sobre el ahora y siempre sin relojes.
Los agentes del caos dirigen candentes miradas a cualquiera que sea capaz de atestiguar su condición, su fiebre de lux et voluptas. Sólo estoy despierto en lo que amo y deseo hasta el punto del terror; todo lo demás no es sino mobiliario amortajado, anestesia cotidiana, cagadas mentales, aburrimiento subreptil de los regímenes totalitarios, censura banal y dolor inútil.
Los Avatares del caos hacen de espías, saboteadores criminales del amour fou, ni altruistas ni egoístas, accesibles como niños, con los modales de los bárbaros, excoriados de obsesiones, en el paro, sensualmente perturbados, ángeles-lobo, espejos de contemplación, ojos como flores, piratas de todo signo y sentido.
Aquí estamos arrastrándonos por las grietas entre las paredes de la iglesia estado escuela y fábrica, todos los monolitos paranoicos. Separados de la tribu por una nostalgia feraz escarbamos túneles tras las palabras perdidas, las bombas imaginarias.
El último acto posible es la que define la propia percepción, un cordón de oro invisible que nos conecta: baile ilegal en los pasillos del juzgado. Si hubiera de besarte aquí lo llamarían un acto de terrorismo; así es que llevémonos las pistolas a la cama y despertemos a la ciudad a medianoche como bandidos borrachos celebrando con andanadas, el mensaje del sabor del caos.

 y aca el PDF:
LA ZONA TEMPORALMENTE AUTÓNOMA

martes, 16 de marzo de 2010

MISHA GORDIN

En lugar de poner una parte de su bigrafía escrita por nosequien, dejo aqui la vida de este gran fotógrafo citando sus propias palabras:
  
"Nací en 1946, el primer año después de la Segunda Guerra Mundial. Mis padres sólo sobrevivieron las dificultades de la evacuación  y regresaron a casa a Riga, entonces bajo la ocupación soviética.
  
Crecí entre la población de habla rusa de Letonia y la cultura rusa se convertio en mi cultura de raíz.
   
Me gradué de la escuela técnica como ingeniero de aviación, pero nunca funcionó como tal, en lugar de eso me uní a los  Riga Motion Studios como un diseñador de equipos para efectos especiales.
  
Yo estaba en mis veinte años y era algo ignorante sobre el arte. A En este momento el realismo social era  la cultura del país y no me preocupaba demasiado. La información sobre el moderno arte occidental era dificil de conseguir  y mi conocimiento  era muy limitado.
  
Empecé a fotografiar cuando tenía diecinueve años  impulsado por el deseo de crear mi propio estilo y visión, estaba involucrado en el retrato y  algunas tomas documentales, pero pronto me di cuenta de que los resultados no me satisfacían.

Puse la cámara a un lado y me concentre en la lectura (Dostoievski, Bulgákov) y en el cine (Tarkovsky, Parajanov). Constantemente buscaba la manera de expresar mis sentimientos personales y pensamientos a través de la fotografía.Un año más tarde vino a mí claro y sencillo, decidí fotografiar conceptos.

En 1972 creé mi primera, y la imagen más importante - la confesión, de inmediato reconocí las posibilidades potenciales de enfoque conceptual y los conocimientos adquiridos de esta imagen se convirtieron en  la columna vertebral de el trabajo  que he producido desde entonces.
En 1974, después de años de disgusto con las autoridades comunistas, salí de mi país y llegé a EE.UU."

Y sin más que decir dejo algunas de las creaciones de Misha Gordin y un link a su página web---- http://www.bsimple.com/home.htm

que lo disfruten!
CABE RESALTAR QUE TODO SU TRABAJO ES 100% ANALOGO Y TRABAJADO EN LABORATORIO POR ÉL MISMO, RARO EN ESTOS DIAS DIGITALES...

lunes, 15 de marzo de 2010

Un cuento para empezar la semana




Una tumba sin fondo

Ambrose Bierce

Me llamo John Brenwalter. Mi padre, un borracho, logró patentar un invento para fabricar granos de café con arcilla; pero era un hombre honrado y no quiso involucrarse en la fabricación. Por esta razón era sólo moderadamente rico, pues las regalías de su muy valioso invento apenas le dejaban lo suficiente para pagar los gastos de los pleitos contra los bribones culpables de infracción. Fue así que yo carecí de muchas de las ventajas que gozan los hijos de padres deshonestos e inescrupulosos, y de no haber sido por una madre noble y devota (quien descuidó a mis hermanos y a mis hermanas y vigiló personalmente mi educación), habría crecido en la ignorancia y habría sido obligado a asistir a la escuela. Ser el hijo favorito de una mujer bondadosa es mejor que el oro.
Cuando yo tenía diecinueve años, mi padre tuvo la desgracia de morir. Había tenido siempre una salud perfecta, y su muerte, ocurrida a la hora de cenar y sin previo aviso, a nadie sorprendió tanto como a él mismo. Esa misma mañana le habían notificado la adjudicación de la patente de su invento para forzar cajas de caudales por presión hidráulica y sin hacer ruido. El Jefe de Patentes había declarado que era la más ingeniosa, efectiva y benemérita invención que él hubiera aprobado jamás. Naturalmente, mi padre previó una honrosa, próspera vejez. Es por eso que su repentina muerte fue para él una profunda decepción. Mi madre, en cambio, cuyas piedad y resignación ante los designios del Cielo eran virtudes conspicuas de su carácter, estaba aparentemente menos conmovida. Hacia el final de la comida, una vez que el cuerpo de mi pobre padre fue alzado del suelo, nos reunió a todos en el cuarto contiguo y nos habló de esta manera:
-Hijos míos, el extraño suceso que han presenciado es uno de los más desagradables incidentes en la vida de un hombre honrado, y les aseguro que me resulta poco agradable. Les ruego que crean que yo no he tenido nada que ver en su ejecución. Desde luego -añadió después de una pausa en la que bajó sus ojos abatidos por un profundo pensamiento-, desde luego es mejor que esté muerto.
Dijo estas palabras como si fuera una verdad tan obvia e incontrovertible que ninguno de nosotros tuvo el coraje de desafiar su asombro pidiendo una explicación. Cuando cualquiera de nosotros se equivocaba en algo, el aire de sorpresa de mi madre nos resultaba terrible. Un día, cuando en un arranque de mal humor me tomé la libertad de cortarle la oreja al bebé, sus simples palabras: "¡John, me sorprendes!", fueron para mí una recriminación tan severa que al fin de una noche de insomnio, fui llorando hasta ella y, arrojándome a sus pies, exclamé: "¡Madre, perdóname por haberte sorprendido!" Así, ahora, todos -incluso el bebé de una sola oreja- sentimos que aceptar sin preguntas el hecho de que era mejor, en cierto modo, que nuestro querido padre estuviese muerto, provocaría menos fricciones. Mi madre continuó:
-Debo decirles, hijos míos, que en el caso de una repentina y misteriosa muerte, la ley exige que venga el médico forense, corte el cuerpo en pedazos y los someta a un grupo de hombres, quienes, después de inspeccionarlos, declaran a la persona muerta. Por hacer esto el forense recibe una gran suma de dinero. Deseo eludir tan penosa formalidad; eso es algo que nunca tuvo la aprobación de... de los restos. John -aquí mi madre volvió hacia mí su rostro angelical- tú eres un joven educado y muy discreto. Ahora tienes la oportunidad de demostrar tu gratitud por todos los sacrificios que nos impuso tu educación. John, ve y mata al forense.
Inefablemente complacido por esta prueba de confianza de mi madre y por la oportunidad de distinguirme por medio de un acto que cuadraba con mi natural disposición, me arrodillé ante ella, llevé sus manos hasta mis labios y las bañé con lágrimas de emoción. Esa tarde, antes de las cinco, había eliminado al médico.
De inmediato fui arrestado y arrojado a la cárcel. Allí pasé una noche muy incómoda: me fue imposible dormir a causa de la irreverencia de mis compañeros de celda, dos clérigos, a quienes la práctica teológica había dado abundantes ideas impías y un dominio absolutamente único del lenguaje blasfemo. Pero ya avanzada la mañana, el carcelero que dormía en el cuarto contiguo y a quien tampoco habían dejado dormir, entró en la celda y con un feroz juramento advirtió a los reverendos caballeros que, si oía una blasfemia más, su sagrada profesión no le impediría ponerlos en la calle. En consecuencia moderaron su objetable conversación sustituyéndola por un acordeón. Así, pude dormir el pacífico y refrescante sueño de la juventud y la inocencia.
A la mañana siguiente me condujeron ante el Juez Superior, un magistrado de sentencia, y se me sometió al examen preliminar. Alegué que no tenía culpa, y añadí que el hombre al que yo había asesinado era un notorio demócrata. (Mi bondadosa madre era republicana y desde mi temprana infancia fui cuidadosamente instruido por ella en los principios de gobierno honesto y en la necesidad de suprimir la oposición sediciosa.) El juez, elegido mediante una urna republicana de doble fondo, estaba visiblemente impresionado por la fuerza lógica de mi alegato y me ofreció un cigarrillo.
-Con el permiso de Su Excelencia -comenzó el Fiscal-, no considero necesario exponer ninguna prueba en este caso. Por la ley de la nación se sienta usted aquí como juez de sentencia y es su deber sentenciar. Tanto testimonio como argumentos implicarían la duda acerca de la decisión de Su Excelencia de cumplir con su deber jurado. Ese es todo mi caso.
Mi abogado, un hermano del médico forense fallecido, se levantó y dijo:
-Con la venia de la Corte... mi docto amigo ha dejado tan bien y con tanta elocuencia establecida la ley imperante en este caso, que sólo me resta preguntar hasta dónde se la ha acatado. En verdad, Su Excelencia es un magistrado penal, y como tal es su deber sentenciar... ¿qué? Ese es un asunto que la ley, sabia y justamente, ha dejado a su propio arbitrio, y sabiamente ya ha descargado usted cada una de las obligaciones que la ley impone. Desde que conozco a Su Excelencia no ha hecho otra cosa que sentenciar. Usted ha sentenciado por soborno, latrocinio, incendio premeditado, perjurio, adulterio, asesinato... cada crimen del código y cada exceso conocido por los sensuales y los depravados, incluyendo a mi docto amigo, el Fiscal. Usted ha cumplido con su deber de magistrado penal, y como no hay ninguna evidencia contra este joven meritorio, mi cliente, propongo que sea absuelto.
Se hizo un solemne silencio. El Juez se levantó, se puso la capa negra y, con voz temblorosa de emoción, me sentenció a la vida y a la libertad. Después, volviéndose hacia mi consejero, dijo fría pero significativamente:
-Lo veré luego.
A la mañana siguiente, el abogado que me había defendido tan escrupulosamente contra el cargo de haber asesinado a su propio hermano -con quien había tenido una pelea por unas tierras- desapareció, y se desconoce su suerte hasta el día de hoy.
Entretanto, el cuerpo de mi pobre padre había sido secretamente sepultado a medianoche en el patio de su último domicilio, con sus últimas botas puestas y el contenido de su fallecido estómago sin analizar.
-Él se oponía a cualquier ostentación -dijo mi querida madre mientras terminaba de apisonar la tierra y ayudaba a los niños a extender una capa de paja sobre la tierra removida-, sus instintos eran domésticos y amaba la vida tranquila.
El pedido de sucesión de mi madre decía que ella tenía buenas razones para creer que el difunto estaba muerto, puesto que no había vuelto a comer a su casa desde hacía varios días; pero el Juez de la Corte del Cuervo -como siempre despreciativamente la llamó después- decidió que la prueba de muerte no era suficiente y puso el patrimonio en manos de un Administrador Público, que era su yerno. Se descubrió que el pasivo daba igual que el activo; sólo había quedado la patente de invención del dispositivo para forzar cajas de seguridad por presión hidráulica y en silencio, y ésta había pasado a ser propiedad legítima del Juez Testamentario y del Administrador Público, como mi querida madre prefería llamarlo. Así, en unos pocos meses, una acaudalada y respetable familia fue reducida de la prosperidad al delito; la necesidad nos obligó a trabajar.
Diversas consideraciones, tales como la idoneidad personal, la inclinación, etc., nos guiaban en la selección de nuestras ocupaciones. Mi madre abrió una selecta escuela privada para enseñar el arte de alterar las manchas sobre las alfombras de piel de leopardo; el mayor de mis hermanos, George Henry, a quien le gustaba la música, se convirtió en el corneta de un asilo para sordomudos de los alrededores; mi hermana Mary María, tomaba pedidos de Esencias de Picaportes del Profesor Pumpernickel, para sazonar aguas minerales, y yo me establecí como ajustador y dorador de vigas para horcas. Los demás, demasiado jóvenes para trabajar, continuaron con el robo de pequeños artículos expuestos en las vidrieras de las tiendas, tal como se les había enseñado.
En nuestros ratos de ocio atraíamos a nuestra casa a los viajeros y enterrábamos los cuerpos en un sótano.
En una parte de este sótano guardábamos vinos, licores y provisiones. De la rapidez con que desaparecían nos sobrevino la supersticiosa creencia de que los espíritus de las personas enterradas volvían a la noche y se daban un festín. Al menos era cierto que con frecuencia, de mañana, solíamos descubrir trozos de carnes adobadas, mercaderías envasadas y restos de comida ensuciando el lugar, a pesar de que había sido cerrado con llave y atrancado, previendo toda intromisión humana. Se propuso sacar las provisiones y almacenarlas en cualquier otro sitio, pero nuestra querida madre, siempre generosa y hospitalaria, dijo que era mejor soportar la pérdida que arriesgarse a ser descubiertos; si a los fantasmas les era negada esta insignificante gratificación, podrían promover una investigación que echaría por tierra nuestro esquema de la división del trabajo, desviando las energías de toda la familia hacia la simple industria a la cual yo me dedicaba: todos terminaríamos decorando las vigas de las horcas. Aceptamos su decisión con filial sumisión, que se debía a nuestro respeto por su sabiduría y la pureza de su carácter.
Una noche, mientras todos estábamos en el sótano -ninguno se atrevía a entrar solo- ocupados en la tarea de dispensar al alcalde de una ciudad vecina los solemnes oficios de la cristiana sepultura, mi madre y los niños pequeños sosteniendo cada uno una vela, mientras que George Henry y yo trabajábamos con la pala y el pico, mi hermana Mary María profirió un chillido y se cubrió los ojos con las manos. Estábamos todos sobrecogidos de espanto y las exequias del alcalde fueron suspendidas de inmediato, a la vez que, pálidos y con la voz temblorosa, le rogamos que nos dijera qué cosa la había alarmado. Los niños más pequeños temblaban tanto que sostenían las velas con escasa firmeza, y las ondulantes sombras de nuestras figuras danzaban sobre las paredes con movimientos toscos y grotescos que adoptaban las más pavorosas actitudes. La cara del hombre muerto, ora fulgurando horriblemente en la luz, ora extinguiéndose a través de alguna fluctuante sombra, parecía adoptar cada vez una nueva y más imponente expresión, una amenaza aún más maligna. Más asustadas que nosotros por el grito de la niña, las ratas echaron a correr en multitudes por el lugar, lanzando penetrantes chillidos, o con sus ojos fijos estrellando la oscura opacidad de algún distante rincón, meros puntos de luz verde haciendo juego con la pálida fosforescencia de la podredumbre que llenaba la tumba a medio cavar y que parecía la manifestación visible de un leve olor a moribundo que corrompía el aire insalubre. Ahora los niños sollozaban y se pegaban a las piernas de sus mayores, dejando caer sus velas, y nosotros estábamos a punto de ser abandonados a la total oscuridad, excepto por esa luz siniestra que fluía despaciosamente por encima de la tierra revuelta e inundaba los bordes de la tumba como una fuente.
Entretanto, mi hermana, arrodillada sobre la tierra extraída de la excavación, se había quitado las manos de la cara y estaba mirando con ojos dilatados en el interior de un oscuro espacio que había entre dos barriles de vino.
-¡Allí está! -Allí está! -chilló, señalando- ¡Dios del cielo! ¿No pueden verlo?
Y realmente estaba allí: una figura humana apenas discernible en las tinieblas; una figura que se balanceaba de un costado a otro como si se fuera a caer, agarrándose a los barriles de vino para sostenerse; dio un paso hacia adelante, tambaleándose y, por un momento, apareció a la luz de lo que quedaba de nuestras velas; luego se irguió pesadamente y cayó postrada en tierra. En ese momento todos habíamos reconocido la figura, la cara y el porte de nuestro padre. ¡Muerto estos diez meses y enterrado por nuestras propias manos! ¡Nuestro padre, sin duda, resucitado y horriblemente borracho!
En los incidentes ocurridos durante la fuga precipitada de ese terrible lugar; en la aniquilación de todo humano sentimiento en ese tumultuoso, loco apretujarse por la húmeda y mohosa escalera, resbalando, cayendo, derribándose y trepando uno sobre la espalda del otro, las luces extinguidas, los bebés pisoteados por sus robustos hermanos y arrojados de vuelta a la muerte por un brazo maternal; en todo esto no me atrevo a pensar. Mi madre, mi hermano y mi hermana mayores y yo escapamos; los otros quedaron abajo, para morir de sus heridas o de su terror; algunos, quizá, por las llamas, puesto que en una hora, nosotros cuatro, juntando apresuradamente el poco dinero y las joyas que teníamos, y la ropa que podíamos llevar, incendiamos la casa y huimos bajo la luz de las llamas, hacia las colinas. Ni siquiera nos detuvimos a cobrar el seguro, y mi querida madre dijo en su lecho de muerte, años después en una tierra lejana, que ése había sido el único pecado de omisión que quedaba sobre su conciencia. Su confesor, un hombre santo, le aseguró que, bajo tales circunstancias, el Cielo le perdonaría su descuido.
Cerca de diez años después de nuestra desaparición de los escenarios de mi infancia, yo, entonces un próspero falsificador, regresé disfrazado al lugar con la intención de recuperar algo de nuestro tesoro, que había sido enterrado en el sótano. Debo decir que no tuve éxito: el descubrimiento de muchos huesos humanos en las ruinas obligó a las autoridades a excavar por más. Encontraron el tesoro y lo guardaron. La casa no fue reconstruida; todo el vecindario era una desolación. Tal cantidad de visiones y sonidos extraterrenos habían sido denunciados desde entonces, que nadie quería vivir allí. Como no había a quien preguntar o molestar, decidí gratificar mi piedad filial con la contemplación, una vez más, de la cara de mi bienamado padre, si era cierto que nuestros ojos nos habían engañado y estaba todavía en su tumba. Recordaba además que él siempre había usado un enorme anillo de diamante, y yo como no lo había visto ni había oído nada acerca de él desde su muerte, tenía razones como para pensar que debió haber sido enterrado con el anillo puesto. Procurándome una pala, rápidamente localicé la tumba en lo que había sido el patio de mi casa, y comencé a cavar. Cuando hube alcanzado cerca de cuatro pies de profundidad, la tumba se desfondó y me precipité a un gran desagüe, cayendo por el largo agujero de su desmoronado codo. No había ni cadáver ni rastro alguno de él.
Imposibilitado para salir de la excavación, me arrastré por el desagüe, quité con cierta dificultad una masa de escombros carbonizados y de ennegrecida mampostería que lo obstaculizaba, y salí por lo que había sido aquel funesto sótano.
Todo estaba claro. Mi padre, cualquier cosa que fuera lo que le había provocado esa descompostura durante la cena (y pienso que mi santa madre hubiera podido arrojar algo de luz sobre ese asunto) había sido, indudablemente, enterrado vivo. La tumba se había excavado accidentalmente sobre el olvidado desagüe hasta el recodo del caño, y como no utilizamos ataúd, en sus esfuerzos por sobrevivir había roto la podrida mampostería y caído a través de ella, escapando finalmente hacia el interior del sótano. Sintiendo que no era bienvenido en su propia casa, pero sin tener otra, había vivido en reclusión subterránea como testigo de nuestro ahorro y como pensionista de nuestra providencia. Él era quien se comía nuestra comida; él quien se bebía nuestro vino; no era mejor que un ladrón. En un instante de intoxicación y sintiendo, sin duda, necesidad de compañía, que es el único vínculo afín entre un borracho y su raza, abandonó el lugar de su escondite en un momento extrañamente inoportuno, acarreando deplorables consecuencias a aquellos más cercanos y queridos. Un desatino que tuvo casi la dignidad de un crimen.
FIN

jueves, 11 de marzo de 2010

ALGUIEN DIIJO STOP MOTION??!!??

Empezare este tema con un favorito personal, se trata del checo Jan Svankmajer, al cual seguramente ubican por su versión filmica de Alicia en el país de las maravillas (1988) en la que el señor conejo soltaba aserrín... pero para ese entonces, el señor Svankmajer llevaba ya más de 20 años experimentando con el cine, haciendo cortometrajes, inspirandpose en el teatro, las marionetas y el surrealismo.


Por ahí de los 70´s al gobierno checo le pareció muy buena idea prohibirle a este gran artista hacer películas, y con tanta creatividad, pues dedicó este tiempo a pintar, hacer collage, escultura, etc, pertenecece al grupo surrealista de praga, de donde es oriundo.


Y bueno, si quieren ahindar más en la filmografía les dejo este enlace http://www.imdb.com/find?s=all&q=jan+svankmajer para no extenderme mucho en este post.

Les dejo algunos de sus cortometrajes

Las dimensiones del diálogo (parte 1)


Las dimensiones del diálogo (parte 2)


Obscuridad, luz, obscuridad.


Meat Love

lunes, 9 de noviembre de 2009

GIGER!


H.R GIGER, es uno de mis artistas favoritos, surrealismo muy muy pero muy sexual en algunas ocasiones, un manejo asquerosamente bueno e impresionante del acrilico y el aerografo, y bueno, el museo es un planeta en el que me gustaria vivir (tengo un peculiar gusto por los exoesqueletos) nacido en 1940 en Suiza, empieza a producir sus primeros trabajos en 1964, sus trabajos con aerógrafo a "mano alzada" son una chingoinería... ha trabajado realizando arte para bandas, haciendo aliens, atriles, tambien tiene 2 bares y un museo atascados de el maravilloso mundo de Giger...

Y como decía le ha hecho portadas de albumes, por ejemplo, a Emerson lake and palmer, debbie harry, atrocity, carcass, celtic frost etc...





Aca dejo algo de su obra....enjoy.



jueves, 5 de noviembre de 2009

DOMINGO #5 MAN OR ASTRO MAN!!!

Bueno, pues en esta fría mañana del domingo #5 de la semana, y a apartir de ahora, domingo 5 es domingo de música, pa quitarme el frío subiré un poco de Surf pa calentar los ánimos.

Hoy les dejo un disco de la banda Man or Astro-Man? originarios de Auburn Alabama, le entran al surf-rock y lo sazonan con new wave setentero y algo de punk-rock, además de meterle sampleos buenísimos de ciencia ficcion y otras cosas ya averiguarán...

Entonces, les dejo el disco Intravenous Television Continum, que fue lanzado en 1996 tanto en LP como en CD....disfrtutenle!







pues ya...eso es todo....tengo examen asi que me voy a estudiar!

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Me quejo luego existo

Pues en esta segunda entrda hablaré de lo que se me pegue la gana...para eso quiero un blog, para en mi cuarto domingo de la semana hablar de un librito muy curioso que tuvieron la gentileza de rolarme mientras bebía cantidades industriales de cerveza...sí, me ha hecho reir mucho desde entonces, se trata de una recoplicación de imágenes muy al etilo de los 40´s-50´s de chicas bonitas y bien portadas diciendo lo que muy probablemente pensaban en realidad de su aburridisimo estilo de vida, comportamiento y trabajos forzados como bonitas y útiles amas de casa y mujeres.


aqui les dejo algunas imágenes del muy atinadamente titulado "I bitch therefore I am"

NOTA: A PETICION DE UN MILLON DE LECTORES (BERZA :P) AÑADIRE UNA TRADUCCION DEL TEXTO DEBAJO DE LA IMAGEN :)

"DICES QUE SOY UNA PERRA COMO SI FUERA ALGO MALO"



"SORPRENDENTEMENTE, NO ME IMPORTA UNA MIERDA! (O UN CARAJO?)



"POR FAVOR NO ME INTERRUMPAS MIENTRAS TE IGNORO"


 
ESTAS EN TU CASA! LIMPIA MI COCINA...


 
LOS HOMBRES SON COMO LOS BAÑOS PÚBLICOS, O ESTÁN OCUPADOS, O LLENOS DE MIER...


 
NECESITO MÁS DINERO Y PODER Y MENOS MIERDA DE USTEDES!


 
" SER INESTABLE Y MALHUMORADA ES PARTE DE MI MISTICISMO"

 
"EL TRABAJO DOMÉSTICO ES MALIGNO. DEBE SER DETENIDO!"


 
"QUIERES DECIR QUE COMPRAR MÁS COSAS INÚTILES NO ES EL SIGNIFICADO DE LA VIDA?"




SI LO TRADUZCO PIERDE EL CHISTE! LO SIENTO :P
 
TENGO MI PERIODO Y PUEDO, POR LO TANTO, LEGALMENTE MATARTE



"OH MIERDA, ME CONVERTÍ EN MI MADRE"

viernes, 30 de octubre de 2009

Primera llamada

Atención, atención, las 3:37, repito las 3:37...cielo nublado lluvia y todas esas características que le pueden dar a un aburrido dia de trabajo la capacidad de multiplicar las horas por uno por dos o por diez. Nada a la derecha...nada a la izquierda...por debajo, se asoma la última rejurgitación de una idea malograda...mejor escribir...pero de que vas a escribir tu?

Pues ese es el asunto, matar al tiempo...por lo menos al tiempo multiplicado...

Hasta pronto...